«Y con el discurrir de las semanas estas inocentes criaturas florecieron el primer amor, del que nació la más bella rosa, con el aroma de los lirios más exquisitos»…
 
«Lloro porque amé en silencio, lloro porque morí de amor, lloro porque mentí a mi palabra y mi palabra me hizo mentir a mi amor».
De copla al recuerdo de Manila.